Que Dios te de tanto amor como gotas de lluvia, tanta salud como arena en
el desierto y tantas bendiciones como estrellas en el cielo.
Estoy segura que la vida te devolverà toda la felicidad que tù me has dado,
por que tù, hija mìa, eres una bendiciòn.
Eres el tesoro especial que Dios puso en mis manos para amarte siempre.